Conectando Mundos, Construyendo Diseño: Acuarela

Las acuarelas son pigmentos finamente molidos y aglutinados con goma arábiga. Esta goma, que se obtiene de las acacias, se disuelve con facilidad en el agua y se adhiere de la misma forma al papel. En las acuarelas de calidad, como Wilson & Newton, deja un barniz claro y delgado, que da mayor brillo y luminosidad al color.

Las principales características de la acuarela son la transparencia, los efectos de veladura y la rapidez, que se pueden explotar al máximo, junto a nuestra intuición creativa, dejando áreas del papel sin tocar, apoyados en la textura del papel, recortando brillos, blancos y colores tenues en general.

Las técnicas de la acuarela son variadísimas: lavados planos sobre papel húmedo o seco; lavados degradados sobre papel húmedo (ambos lados), para producir degradaciones suaves entre colores puros o premezclados (principalmente de claros a oscuros), y el pincel seco. En esta última, se aplica acuarela con muy poca agua y sirve para agregar los detalles finales, en forma de líneas valorizadas y puntillismo. Si se emplea restregado, sirve para da realce a la textura del papel.

Los soportes para acuarela, es decir, las superficies sobre las que se pinta, son, en general, papeles absorbentes, robustos, elásticos y texturados como papel WATMAN, que vuelven a su tensión inicial, una vez secos. Si requerimos más detalles o un color general de fondo podemos usar papel FABRIANO e INGRES. Los acuarelistas más exquisitos pudieran preferir invertir en papel de arroz japonés (Kozo, Mitsumata y Gambi) y los experimentales, trabajar en algún papel artesanal con fibras vegetales explícitas. Pero en gráfica podemos emplear soportes más modestos como el cartón forrado o madera, y papel Emir. La digitalización y la edición electrónica de imágenes, a través de un software como Adobe Photoshop, permiten corregir los defectos.

Los pinceles más adecuados (coincidentemente los más caros) son de pelo de cola de marta siberiana, marta tropical, pelo de toro y de camello. Un set básico para pintar a la acuarela en un soporte de 1/8 debiera contar con a lo menos con un pincel de definición (# 0), dos pinceles redondos (#6, #10) y un pincel plano (#22), para lavado de zonas amplias. Un buen pincel tiene un pelo fino y punta bien definida, que permite absorber una buena carga sin gotear y trazar con facilidad líneas valorizadas y cubrir áreas pequeñas, con un gesto simple y contínuo. Sin caer en exageraciones, no hay que ahorrar en pinceles; responden y duran muchos años.

CUIDADOS Y LIMPIEZA DEL PINCEL

Para lavarlo, debes sumergir pincel en agua quieta y aplicar un movimiento zigzagueante; nunca ponerlo contra un chorro de agua. Escurre suavemente el agua, dándole su forma natural al pincel; podemos ayudarnos con saliva como fijador. Finalmente, dejar seca verticalmente para evitar deformaciones en la punta.

Los mejores pinceles son los pelo natural. Las de cerdas artificiales dejan caer las carga y no dan definición. Las acuarelas vienen en presentación de tubos y pastillas, principalmente.Los papeles acuarela de calidad tienen un derecho encolado y recuperan a su forma inicial.

UN POCO DE HISTORIA

Si bien a lo largo de la historia la acuarela ha tenido un rol pequeño en el arte, es un importante protagonista en ilustraciones destinadas a la industria del poster, historieta, prensa escrita y material didáctico. El dominio de su técnica permite abordar sin dificultades otros medios de expresión al agua como el gouache (de efecto más opaco) y la pintura acrílica (de secado más rápido).

Pareciera haber consenso en que las primeras acuarelas son los papiros del antiguo Egipto y los dibujos del antiguo oriente, representados por China y Japón. Aunque en estos últimos imperios se empleaba una especie de tinta al agua monocroma.
En la Edad Media europea, se empleaban pigmentos solubles al agua con un aglutinante preparado con un derivado del huevo, para ilustrar los manuscritos nimiados (textos religiosos con dibujos y letras capitales decoradas).

El primero de los grandes maestros en emplear acuarela fue el alemán Alberto Durero (1471-1528), pero la técnica fue completamente desarrollada por los acuarelistas ingleses del siglo XVIII: Thomas Girtin (1775-1802), William Turner (1775-1851), William Blake (1757-1827) y el caricaturista Thomas Rowlandson (1756-1827). Estos artistas libraron a la acuarela de los límites de un dibujo previo, al aplicar la pintura directamente sobre el papel, especialmente Paul Sandby. La técnica del directo al papel marcó un hito de modernidad en la acuarela, con temas que van mucho más allá del paisaje.

En tiempos más recientes destaca el pintor postimpresionista Paul Cezanne (1839-1906), quién aplicó la acuarela con gran soltura, creando contornos superpuestos, veladuras casuales e indefinidas y luces fuertemente recortadas, inspiradas seguramente por los efectos sobre la visión humana que producen las resolanas en el campo. Cezanne desarrolló la parte más importante del concepto de su obra en la región de Provence, al sur de Francia, y es considerado el padre del arte moderno (sus distorsiones en el tratamiento del volumen serían los inspiradores del cubismo).

"Casa Provenzal", 1890, Paul Cézanne.

Otro pintor muy interesante es el vanguardista suizo Paul Klee (1870-1940), considerado uno de los artistas más originales del arte moderno del siglo XX. En sus acuarelas, como en el resto de su obra, se observa una imaginación de ensueño y sátira, muy próximas al surrealismo.

"Cúpulas Rojas y Blancas" y "Máquina temblorosa" (1914-22), Paul Klee.