17/9/07

Un poco de historia..

La historia de las escuelas de diseño se inicia en el Reino Unido en plena Revolución Industrial. La producción masiva exhibe una escasa preocupación por el usuario en términos estético-funcionales cuando hacia 1850 por iniciativa del grafista Henry Cole y de la Sociedad de las Artes se crea un premio anual de diseño ornamental, el Journal of Design and Manufactures, la primera feria internacional de diseño industrial y el Museo de Artes Aplicadas, cuna del actual Royal College of Art y uno de los más destacados centros educativos de diseño a nivel mundial.
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El impuso dado por Cole al diseño es continuado por William Morris quien desarrolla las bases conceptuales y prácticas del diseño contemporáneo enmarcados en el movimiento Arts and Crafts, el mayor movimiento estético británico del siglo XIX.El arquitecto, autor y diplomático alemán de misión en Londres, Hermann Muthesius, activo simpatizante del modernismo británico, crea a su regreso en 1907 la “Asociación artesanal alemana”, que reúne a industriales, arquitectos, artistas, comerciantes, periodistas y pedagogos, quienes definen al diseñador como agente de cambio en la industria moderna; ideas que influenciarían a los pioneros de la Bauhaus.
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El arquitecto, diseñador y académico Peter Behrens, contemporáneo de Muthesius, afirmaba: “La técnica a la larga no puede considerarse como una finalidad en sí misma, sino que adquiere valor y significado cuando se la reconoce como el medio más adecuado de la cultura”. Behrens se anticipa a la conceptualización actual del diseño como expresión material de la cultura, con toda su carga de simbolismo e identidad que da presencia en los mercados y medios de comunicación a la racionalidad del diseño alemán, a la sobriedad del escandinavo, a la elegancia del francés e italiano y la opulencia del estadounidense. Conceptos integrados recientemente al debate sobre la educación y práctica del diseño no sólo en Chile, en el marco de nuestra apertura a los mercados y la cultura global, sino a nivel de España e Ibero América, dominados por los cánones estilísticos del primer mundo.
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En 1919, el joven arquitecto Walter Gropius funda en la pequeña ciudad de Weimar la Bauhaus, escuela de arquitectura, artesanía y diseño, cuyo programa buscó "restablecer la unidad y armonía entre las distintas actividades del arte, entre todas las disciplinas artesanales y artísticas, para transformarlas en algo completamente concorde en una nueva concepción de la arquitectura". La Bauhaus integra las influencias de Williams Morris, del movimiento Arts and Crafts y del constructivismo, movimiento liderado por el pintor y escultor Vladimir Tatlin, quien junto a Alexandr Rodchenko, El Lissitzky, Naum Gabo y Antón Pevsner defienden los ideales del utilitarismo, el funcionalismo y la abstracción en el arte, haciéndolo accesible y comprensible al ciudadano común. De sus talleres y docentes, entre los que los que se encontraba Vasily Kandinsky, y colaboradores como Rudolf Arnheim, surgen los principales marcos teóricos referenciales y procesos del diseño contemporáneo; pero también es un campo de experimentación en lo pedagógico al integrar los conceptos del aprendizaje como resultado de un proceso de interacción social, defendidos desde Moscú por el psicólogo Lev Vygotsky. En las aulas de la Bauhaus interactuaban los docentes, un artista a cargo de lo conceptual y un artesano en lo práctico, con alumnos quienes a través de actividades por descubrimiento planteaban diseños que debían ser agradables en lo estético y satisfactorios en lo técnico. Naturalmente, con el ascenso del nazismo al poder, esta escuela cuya pedagogía se basó en la socialización e integración horizontal de los saberes especializados, indicador clave en el desarrollo de la cultura de la globalización, es clausurada en 1933. Muchos de sus docentes parten a un exilio en EE.UU., donde emprenden algunas de las transformaciones más importantes del diseño en el país más industrializado del planeta.
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En 1953 uno de los profesores herederos de la Bauhaus, Max Bill, funda la Escuela Superior de Diseño de Ulm, Alemania Federal, la más influyente a nivel mundial en docencia, desarrollo e investigación del Diseño. Planteó un plan de estudios basados en los principios de la Bauhaus. No obstante, en 1964, bajo la dirección del diseñador argentino, teórico y artista concreto Tomás Maldonado, el curriculum fue orientado por los principios del estructuralismo neofuncionalista y contenidos científico-técnicos, buscando unir diseño, método, tecnología y producción. Ulm cerró en 1968 por razones de orden político pero dejando como herencia la “metodología del diseño” en comunicación visual y diseño industrial y el concepto de “trabajo en equipos multidisciplinarios”. Sus enseñanzas originaron el movimiento “Gute Form” (buena forma), cuyo paradigma “la forma sigue a la función” siguió vigente aún a principios de los ochenta, buscando simplificación y funcionalidad centradas en el usuario y la estandarización.
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La Gute Form es enfrentada en los noventa por un enfoque posmodernista que habla de personalización y diseño bajo demanda, es decir, producción en pequeños volúmenes para segmentos específicos del mercado: conceptos que han ido transformado la industria y las comunicaciones con el usuario en el siglo XXI.