13/9/07

La Teoría del Aprendizaje Significativo y su Impacto en las transformaciones de la Gestión Pedagógica

Miguel Ángel Alburquerque Calderón

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La educación ha sido un componente fundamental en la historia del hombre. Le ha permitido formar a las nuevas generaciones para asegurar su supervivencia y continuidad, construir civilizaciones y lograr conectar digitalmente a todo el mundo hasta construir una sociedad del conocimiento y la información, que multiplica a un ritmo difícil de imaginar el saber acumulado en toda la historia de la humanidad.
Desde la biología, la filosofía, psicología y todo el ámbito de las ciencias humanas se han construido enfoques, paradigmas y teorías que han dedicado a despejar las incógnitas que aún ofrecen los complejos fenómenos del aprendizaje y a orientar la gestión pedagógica. La educación tradicional memorística y acumulativa, influida por las teorías conductistas, ha empezado a ser desplazada al cobrar importancia estratégica, en el marco de las competencias requeridas en un mundo globalizado y de la sociedad de la información, los enfoques constructivistas y la Teoría del aprendizaje significativo, que entienden el conocimiento como resultado de un proceso de construcción de la realidad originado en las interacciones entre las personas y el mundo.



INTRODUCCIÓN

Las teorías del aprendizaje han contribuido a despejar las incógnitas que aún ofrecen los complejos fenómenos del aprendizaje y a orientar la gestión pedagógica. Han sufrido, como la historia del hombre, continuos procesos de adaptación y cambio tanto por la propia actividad intelectual al respecto, como por las necesidades de educación en virtud de las estrategias de desarrollo de la sociedad.

La educación tradicional en la que se formaron la mayoría de las generaciones que construyeron los progresos del siglo XX, fue en su ámbito de acción respaldada y perfeccionada por el marco teórico ofrecido por las teorías conductistas. No obstante, la formación en torno a un currículum rígido, competencial, centrado en los contenidos, donde el profesor no interactúa con el individuo sino con el grupo, no nos ofrece hoy una respuesta adecuada ante nuestras necesidades de educación como individuos y sociedad, que nos permita procesar con creatividad grandes volúmenes de información y desarrollar la capacidad de trabajar en equipo y el espíritu emprendedor, requeridos para insertarnos con éxito en los mercados y la cultura de un mundo globalizado. En este sentido cobran importancia estratégica las teorías del aprendizaje que entienden el conocimiento como resultado de un proceso de construcción de la realidad originado en las interacciones entre las personas y el mundo, reunidas bajo los conceptos paradigmáticos del “Constructivismo” y en particular la “Teoría del aprendizaje significativo”, iniciada en 1963 por el psicólogo educacional David Ausubel.

El aporte pragmático del aprendizaje significativo, enfocado más al logro de los objetivos metacognitivos del proceso de aprendizaje que en los contenidos específicos del programa de las asignaturas, ha logrado transformar la educación acorde a los requerimientos actuales y a las propias estructuras socio-cognitivas del docente. Hoy, como afirma Ausubel, para entender la labor educativa, es necesario tener en consideración entre otros tres elementos del proceso educativo: “los profesores y su manera de enseñar; la estructura de los conocimientos que conforman el currículo y el modo en que esta se produce y el entorno social en que se desarrolla el proceso educativo” (Ausubel, 1983).


UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA

Desde sus orígenes el hombre se ha esforzado en traspasar a las nuevas generaciones conocimientos, técnicas y herramientas que les permitan proveer alimentación y refugio seguros para su comunidad, adaptarse o modificar su entorno para lograr la supervivencia y continuidad de la misma. Con las primeras manifestaciones culturales y el ascenso de las civilizaciones la educación se desarrolló en torno a templos donde sacerdotes y filósofos enseñaban las tradiciones socio-religiosas y culturales de sus pueblos. En este contexto se crearon los primeros sistemas educacionales. En Egipto las escuelas integraron conocimientos de escritura, matemáticas, arquitectura y conocimientos pre-científicos en astronomía y medicina. En Persia se valoraba tanto la cultura física como las matemáticas y la música, principios que fueron integrados a los sistemas educacionales de la antigua cultura griega. En India la educación estaba centrada en el Budismo, en China en la poesía y las enseñanzas ético-filosóficas de Confucio y Lao-tsé (taoísmo). Siguiendo el principio de la relación maestro-aprendiz, la clase en estas primeras escuelas estaba centrada en el maestro y sus enseñanzas ancestrales, investigaciones o pensamiento. La tradición judeo-cristiana, junto aporte racionalista de maestros griegos, asientan en occidente este método tradicional de enseñanza continuado hasta los albores de la modernidad.

Occidente transita de la edad media a la modernidad de la mano de la revolución científica que originan el “método científico” y aportes filosóficos sobre el origen del conocimiento: los empiristas afirmaban que todo conocimiento se basa en la experiencia, negando el pensamiento espontáneo o apriorista; para los racionalistas, en cambio, es fruto del razonamiento. Immanuel Kant con la impronta del modernismo sintetiza ambos conceptos defendiendo el origen empírico del conocimiento, pero obtenido como conclusión resultante de la comprobación de varias premisas o hipótesis. Este enfoque del filósofo alemán será clave para el desarrollo de la docencia, la investigación científica y la formación de nuevos paradigmas que orientarán la evolución pensamiento de occidente.


CONDUCTISMO Y EDUCACIÓN

A principios del siglo XX, el proceso enseñanza-aprendizaje es dominado por el “paradigma conductual”, enfoque construido a partir de las influencias del “positivismo” en el ámbito de la filosofía y la ciencias (Comté; Hume, Rouvroy, Kant), y la extrapolación en educación realizada por el psicólogo norteamericano John Watson de las experiencias de los neurólogos rusos Pavlov y Bechterev sobre el aprendizaje en animales, quienes lo definieron como una modificación de la conducta o adquisición de una nueva habilidad o ”reflejo condicionado” en medio del proceso estímulo-respuesta. Para Watson el condicionamiento es fundamental en el aprendizaje: “Dadme a una docena de niños sanos y bien formados y mi propio mundo específico para criarlos, y os garantizo que elegiré uno al azar y lo educaré de manera que se convierta en un especialista en cualquier ramo que yo elija (...), cualesquiera que sean sus aptitudes, inclinaciones, propósitos, talento, o independientemente de quienes sean sus ascen-dientes” (Watson, 1914). Posteriormente Skinner introduce el concepto de “reforzamiento” para mejorar la adquisición de habilidades complejas como el habla y la resolución de problemas.

En el aula, el paradigma conductual se traduce en un proceso enseñanza-aprendizaje centrado en los contenidos de la asignatura, en el marco de un currículum cerrado y obligatorio, donde el profesor no interactúa con el individuo sino con el grupo y aplica técnicas de modificación de conductas para la adquisición de competencias. El modelo competencial del profesor bajo el enfoque conductual, está aún presente en la realidad de la práctica docente desde pre-básica a universitaria, en la enseñanza en niños con necesidades especiales, en capacitación e incorporada en textos, productos multimedia, guías de aprendizaje y plantillas de evaluación. No obstante, este enfoque no da respuesta a las necesidades de educación en un sentido tal que nos permita, como individuo y sociedad, dar un salto al desarrollo, con una capacidad sostenible en el tiempo para manejar la innovación, los cambios organizacionales, socio-culturales y del conocimiento científico-tecnológico en un mundo globalizado que transita, a ritmo vertiginoso, de la “sociedad de la información” a la “sociedad del conocimiento y la comunicación”.


GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN

La globalización se inicio a mediados de los ochenta con el fin de la guerra fría acordada entre EE.UU. y la Unión Soviética. En los nuevos espacios de confianza y transparencia, la comunidad internacional ha podido invertir en su propio desarrollo a través de investigación, educación y transferencia de información, construyendo lo que hoy conocemos como “Sociedad de la Información”. El conocimiento científico y tecnológico ha crecido en forma exponencial, permitiendo lograr eficiencia en la producción de bienes y servicios, con altos estándares de calidad, automatización y bajos costos. Desde el punto de vista del éxito y la sustentabilidad de nuestra inserción en los mercados y la cultura del mundo, los desafíos para la educación en Chile de hoy están orientados a obtener resultados de calidad y una nueva pedagogía que nos permita superar debilidades objetivas en las áreas de lenguaje, ciencias, manejo del idioma Inglés y alfabetización digital, pero especialmente en la formación sujetos críticos, abiertos a los cambios, con capacidad de emprender y colaborar, y de comprender la educación como un proceso permanente de adecuación a las demandas de un medio definido por constantes e imprevisibles cambios en todas las dimensiones y actividades del ser humano. En este sentido cobran importancia estratégica las teorías del aprendizaje que entienden el conocimiento como resultado de un proceso de construcción de la realidad originado en las interacciones entre las personas y el mundo, reunidas bajo los conceptos paradigmáticos del “Constructivismo” y en particular la “Teoría del aprendizaje significativo”.


APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO

Surgida en el contexto del fuerte impacto mundial que tiene la expansión medios de comunicación masiva y audiovisuales, el psicólogo norteamericano David Ausubel presenta en 1963 la “Teoría del aprendizaje significativo”, concepto fundamental del constructivismo que pretende enfrentar tanto las limitaciones de la enseñanza tradicional mecanicista, memorística y acumulativa, como la excesiva utilización de las actividades de “aprendizaje por descubrimiento” impulsadas por Bruner que impedían con frecuencia la asimilación de nuevos contenidos. Según el enfoque cognotivista de Ausubel, el aprendizaje tiene lugar cuando las personas, en su interacción con el medio, logran construir una relación significativa entre los estímulos que perciben del medio y sus esquemas cognitivos y socio-afectivos previos. "La experiencia humana no solo implica pensamiento sino también afectividad y únicamente cuando se consideran en conjunto se capacita al individuo para enriquecer el significado de su experiencia” (Ausubel, 1983).

En la enseñanza tradicional los nuevos contenidos son incorporados al esquema cognitivo de manera literal, estableciendo convenciones o asociaciones arbitrarias bajo el principio conductual “un estímulo, una respuesta y un reforzamiento” (Skiner, 1945); no existe interacción con los conocimientos pre-existentes en el alumno ni con el entorno en que se desarrolla el proceso enseñanza-aprendizaje, generando un aprendizaje descartable, poco significativo, que no trasciende a las instancias de evaluación… "El alumno carece de conocimientos previos relevantes y necesarios para hacer que la tarea de aprendizaje sea potencialmente significativo" (independientemente de la cantidad de significado potencial que la tarea tenga)… (Ausubel, 1983). En el contexto del constructivismo, la enseñanza es planteada en un entorno social o “comunidad interpretativa” (Bruner), que busca logros más orientados a lo metacognitivo que a contenidos específicos, a través de un proceso de “aprendizaje mediado” (Vygotsky, Freverstein) y el logro de “significatividad en los aprendizajes” (Ausubel).


CONDICIONES PARA EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO

La teoría del aprendizaje significativo pone en relieve el proceso de construcción de significados como elemento central de la enseñanza. Con una visión basada en los procesos internos de la persona más que en la exteriorización de respuestas, David Ausubel indica la utilización de “organizadores previos” para promover la asimilación de nuevos contenidos en el contexto de una enseñanza receptivo significativa. Es decir, la exposición o presentación organizada de contenidos propicia una mejor comprensión. Entre las condiciones que posibilitan que se produzca el aprendizaje significativo en el aula, cabe destacar:

  • Significatividad lógica. El material docente sea potencialmente significativo; es decir, sustancialmente relacionable con las ideas y representaciones corres-pondientes y pertinentes disponibles en la estructura cognitiva del alumno.

  • Significatividad psicológica. Que el material potencialmente significativo permita establecer relaciones no arbitrarias entre los conocimientos previos y los nuevos, desencadenando un proceso de asimilación.

  • Motivación. Se refiere a la disposición subjetiva para el aprendizaje en el alumno. El docente debe identificar el estado e intensidad relativa de las necesidades primarias de “poder, afiliación y logro” en los alumnos y su entorno socio-cultural y geográfico, para crear un clima motivacional favorable que permita el éxito, continuidad y trascendencia del aprendizaje.

APRENDIZAJE E INSTRUMENTOS METODOLÓGICOS

El aprendizaje significativo se distingue tres tipos de aprendizaje:

  • El “aprendizaje mecánico”, donde la nueva información es entregada en parcialidades y almacenada de manera arbitraria, sin interactuar con los conoci-mientos pre-existentes en el alumno.

  • El “aprendizaje por descubrimiento”, donde contenidos no se presentan en su estado final sino entregado a una reconstrucción por parte del alumno, antes de ser incorporados de manera significativa a su estructura cognitiva.

  • El “aprendizaje por recepción”. El contenido del aprendizaje se presentan al alumno en su forma final, solo se le exige que internalice o incorpore el material que se presenta de modo recuperarlo o reproducirlo en un momento posterior.
Con un enfoque pragmático, Ausubel ha resuelto la aparente incompatibilidad entre aprendizaje significativo y mecánico, pues ambas actuar concomitadamente en el aprendizaje, favoreciendo una actitud participativa del alumno si cumplen con el requisito de movilizar los “saberes previos”, vinculándolos a los nuevos y motivar una asimilación significativa.

Los instrumentos que el docente puede utilizar como organizadores previos van, en un amplio espectro desde las “dinámicas de grupo” (foros, debates, Phillips 66, brainstroning, entre otros) usados profusamente en la industria del diseño, el marketing, la administración de recursos humanos e informática hasta los “mapas conceptuales” desarrollados por Novak, que permitan dar cuenta de las relaciones que los alumnos realizan entre conceptos, e incorporados a una evaluación sistematizada de estado de avance y establecer los remediales adecuados para el logro de los objetivos programáticos.


DESAFÍOS PARA EL DOCENTE

La introducción de los conceptos el aprendizaje significativo en el aula suponen una transformación de la gestión y de las propias estructuras cognitivas y socio-afectivas del docente:

  • El profesor no será ya sólo quién está al frente de la clase sino un líder mediador entre el alumno y los contenidos programáticos, que planifica, conduce y evalúa cada fase de desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

  • Siguiendo los aportes de Ausubel, el profesor no podrá aplicar un solo modelo de clase independiente de las circunstancias sino a través adaptaciones metodo-lógicas acordes a la especificidad del alumno y su entorno.

  • Deberá dominar su asignatura, expresando capacidad de pensarla estratégi-camente y de situarla a nivel local y global.

  • Deberá tener capacidad para trabajar en equipo y de participar en procesos de evaluación y auto-evaluación docente, que le permita tomar decisiones que resuelvan problemas en el aula, que no es sino un reflejo de nuestra sociedad, comunicarse y motivar a los alumnos, para conducirlos a su desarrollo.

  • Si bien la carga docente aumenta significativamente, los conceptos aprendizaje significativo logran, respetando ritmos individuales, integrar a la mayoría de los alumnos a una la curva de rendimiento aceptable bajo parámetros standard.


CONCLUSIONES

Desde las primeras manifestaciones culturales hasta la realidad de un mundo globalizado construyendo aceleradamente la “sociedad de la información”, la historia del hombre ha estado definida por la constante del cambio; como lo afirmara Heráclito en el siglo V a.C., “todo corre, todo fluye”... “la única cosa que no cambia es el cambio”. Hoy la concentración e incremento exponencial de la investigación e innovación en todas las áreas del conocimiento y quehacer humano, plantean un desafío a la educación en el sentido de reflejar, en sus fundamentos y metodologías, la diversidad expresada en el aula, y adecuar a las personas para cambios en lo personal y profesional, en el contexto de una sociedad que se abre al mundo. En la educación tradicional memorística y acumulativa, el aprendizaje es orientado por el principio conductual “un estímulo, una respuesta y un reforzamiento” (Skinner). En el contexto del constructivismo, la enseñanza es planteada en un entorno social o “comunidad interpretativa” (Bruner), que busca logros más orientados a lo metacognitivo que a contenidos específicos, y a través de un proceso de “aprendizaje mediado” (Vygotsky, Freverstein), lograr “significatividad en los aprendizajes” (Ausubel).

El aprendizaje significativo orienta al docente en el sentido de actuar con flexibilidad, adecuando su clase a la especificidad del alumno en los planos cognitivo y socio-afectivo y del contexto histórico, geográfico y cultural en que se desarrolla el aprendizaje. La evaluación inicial resulta vital para presentar un material potencialmente significativo, con un diseño tal que permita establecer relaciones significativas entre los conocimientos previos y los nuevos. Asimismo, le permitirá extraer elementos motivacionales específicos para lograr una disposición subjetiva favorable del alumno al aprendizaje, mediar con éxito en los procesos internos de adecuación de la estructura cognitiva del alumno y generar de manera orientada, participativa y consensuada, aprendizajes significativos que contribuyan a la autoformación del alumno, desarrollando su capacidad de emprender, investigar y colaborar, valorando nuestra historia, idiosincrasia e identidad cultural, y que le permita enfrentar con seguridad los desafíos que impone un mundo globalizado y un acceso masivo a los medios en sociedad de la información.


BIBLIOGRAFÍA
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WEBGRAFÍA

http://www.ideasapiens.com/psicologia/

http://www.geocities.com/psicoresumenes/public/Watson.htm